13 de julio de 2010. AG.- Unánime rechazo en todo el mundo provoca la disposición legal polaca, que castiga hasta con dos años de cárcel, la producción, difusión e intercambio de simbología propagandística del Partido Comunista del país europeo.
De contarlo y no creerlo. En una aberrante medida, de carácter antidemocrático, el nuevo artículo 256 del Código Penal polaco, prohíbe producir, registrar, importar, vender, comprar, regalar, transportar o enviar simbología comunista con fines propagandísticos, bajo penas que van desde la multa hasta los dos años de cárcel.
La disposición legal fue aprobada el 8 de junio pasado y ha provocado decididas manifestaciones de rechazo en todo el planeta. Las reacciones contra Varsovia se suceden en varias capitales del mundo, como, entre otras, Moscú, México D.F., Londres, Atenas, Budapest o Lisboa, desde donde se han enviado cartas de apoyo a los comunistas polacos e instado a las embajadas polacas de sus respectivos países a rechazar le nueva ley.
Tras Hungría, Lituania y Letonia, Polonia es el cuarto país de del Este de Europa gobernado por la derecha que pretende colocar fuera de la ley la hoz y el martillo. Un comunicado del partido Comunista polaco manifestó su absoluta discrepancia con semejante medida:
“Debemos reforzar nuestra lucha mientras tengan lugar problemas de discriminación de los símbolos comunistas o cualquier otra clase de represalia en Polonia y en algunos otros países del Este de Europa”.
El mismo día de la aprobación de tan increible normativa, miles de personas se reunieron en Varsovia para rechazarla, al mismo tiempo que se recibían misivas de solidaridad de dentro y fuera de Europa, con comunicados enviados desde Australia, Gran Bretaña, Dinamarca, Chipre y Pakistán entre otros.
Digno de Pinochet
El partido Comunista de Chile también hizo llegar su apoyo a los comunistas polacos: “Nos recuerda a Pinochet, quién, negando las leyes de la sociedad, estableció en su Constitución que quedarían fuera de la ley quienes promocionaran la lucha de clases, es decir, combatieran por los derechos de los trabajadores y los marginados de la sociedad”.
El comunicado también señala: “Ahora que el gran capital ha llevado a sus países a una grave crisis económica, los sectores más reaccionarios del gran capital europeo, sus medios de comunicación y sus mayorías parlamentarias han desatado la persecución de los comunistas”. Los comunistas griegos y bolivianos también señalan la crisis económica como una de las causas de la censura. “Es una muestra del temor de las clases dominantes y de los monopolios capitalistas ante el resurgimiento del movimiento obrero y popular en la Europa sacudida por una profunda crisis capitalista”.
Por su parte, el Partido Comunista de los Pueblos de España ha enviado una carta a las autoridades polacas exigiendo la anulación de estas modificaciones del Código Penal y de cualquier acción enfocada a equiparar el comunismo con el fascismo.
El Partido Comunista australiano ha acusado a la nueva legislación de “pisotear” los derechos civiles de los polacos. En una carta enviada al embajador de Polonia en su país señalan los artículos 18 y 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, en vigor desde 1976 e incluido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Como se sabe, el artículo 19.2 de ese Documento Universal sostiene: “todo el mundo tendrá el derecho a la libertad de expresión; este derecho debe incluir la libertad de buscar, recibir e impartir información e ideas de toda clase, sin tener en cuenta las fronteras, de forma oral, escrita o impresa, en la forma de arte, pensamiento o cualquier otro procedimiento”.
Según se cree, Moldavia podría ser el siguiente país en ilegalizar la simbología comunista, de acuerdo a la advertencia del Partido Comunista de Grecia. En enero, el Gobierno moldavo estableció un comité para la condena del régimen totalitario comunista que ya ha propuesto la prohibición de los símbolos tal y como acaba de hacer Polonia, pero también la prohibición de la palabra “comunismo” y sus derivados.
En su comunicado, los comunistas griegos acusan a las instituciones europeas de alentar la ofensiva anticomunista que ya ha provocado la ilegalización de partidos de esta ideología en Estonia, Letonia, Lituania y Rumania.
La condena europea al comunismo surgió de manera oficial a finales del año pasado, cuando, para conmemorar los veinte años de la caída del muro de Berlín, la Carta de Praga, firmada por presidentes y parlamentarios europeos, equiparó los crímenes del comunismo a los del fascismo y pidió el debate público sobre el uso de los símbolos comunistas.
De contarlo y no creerlo. En una aberrante medida, de carácter antidemocrático, el nuevo artículo 256 del Código Penal polaco, prohíbe producir, registrar, importar, vender, comprar, regalar, transportar o enviar simbología comunista con fines propagandísticos, bajo penas que van desde la multa hasta los dos años de cárcel.
La disposición legal fue aprobada el 8 de junio pasado y ha provocado decididas manifestaciones de rechazo en todo el planeta. Las reacciones contra Varsovia se suceden en varias capitales del mundo, como, entre otras, Moscú, México D.F., Londres, Atenas, Budapest o Lisboa, desde donde se han enviado cartas de apoyo a los comunistas polacos e instado a las embajadas polacas de sus respectivos países a rechazar le nueva ley.
Tras Hungría, Lituania y Letonia, Polonia es el cuarto país de del Este de Europa gobernado por la derecha que pretende colocar fuera de la ley la hoz y el martillo. Un comunicado del partido Comunista polaco manifestó su absoluta discrepancia con semejante medida:
“Debemos reforzar nuestra lucha mientras tengan lugar problemas de discriminación de los símbolos comunistas o cualquier otra clase de represalia en Polonia y en algunos otros países del Este de Europa”.
El mismo día de la aprobación de tan increible normativa, miles de personas se reunieron en Varsovia para rechazarla, al mismo tiempo que se recibían misivas de solidaridad de dentro y fuera de Europa, con comunicados enviados desde Australia, Gran Bretaña, Dinamarca, Chipre y Pakistán entre otros.
Digno de Pinochet
El partido Comunista de Chile también hizo llegar su apoyo a los comunistas polacos: “Nos recuerda a Pinochet, quién, negando las leyes de la sociedad, estableció en su Constitución que quedarían fuera de la ley quienes promocionaran la lucha de clases, es decir, combatieran por los derechos de los trabajadores y los marginados de la sociedad”.
El comunicado también señala: “Ahora que el gran capital ha llevado a sus países a una grave crisis económica, los sectores más reaccionarios del gran capital europeo, sus medios de comunicación y sus mayorías parlamentarias han desatado la persecución de los comunistas”. Los comunistas griegos y bolivianos también señalan la crisis económica como una de las causas de la censura. “Es una muestra del temor de las clases dominantes y de los monopolios capitalistas ante el resurgimiento del movimiento obrero y popular en la Europa sacudida por una profunda crisis capitalista”.
Por su parte, el Partido Comunista de los Pueblos de España ha enviado una carta a las autoridades polacas exigiendo la anulación de estas modificaciones del Código Penal y de cualquier acción enfocada a equiparar el comunismo con el fascismo.
El Partido Comunista australiano ha acusado a la nueva legislación de “pisotear” los derechos civiles de los polacos. En una carta enviada al embajador de Polonia en su país señalan los artículos 18 y 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, en vigor desde 1976 e incluido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Como se sabe, el artículo 19.2 de ese Documento Universal sostiene: “todo el mundo tendrá el derecho a la libertad de expresión; este derecho debe incluir la libertad de buscar, recibir e impartir información e ideas de toda clase, sin tener en cuenta las fronteras, de forma oral, escrita o impresa, en la forma de arte, pensamiento o cualquier otro procedimiento”.
Según se cree, Moldavia podría ser el siguiente país en ilegalizar la simbología comunista, de acuerdo a la advertencia del Partido Comunista de Grecia. En enero, el Gobierno moldavo estableció un comité para la condena del régimen totalitario comunista que ya ha propuesto la prohibición de los símbolos tal y como acaba de hacer Polonia, pero también la prohibición de la palabra “comunismo” y sus derivados.
En su comunicado, los comunistas griegos acusan a las instituciones europeas de alentar la ofensiva anticomunista que ya ha provocado la ilegalización de partidos de esta ideología en Estonia, Letonia, Lituania y Rumania.
La condena europea al comunismo surgió de manera oficial a finales del año pasado, cuando, para conmemorar los veinte años de la caída del muro de Berlín, la Carta de Praga, firmada por presidentes y parlamentarios europeos, equiparó los crímenes del comunismo a los del fascismo y pidió el debate público sobre el uso de los símbolos comunistas.
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