13 de julio de 2010. AG.- El monumento a los pilotos soviéticos caídos durante la Guerra Civil de España (1936-1939) fue inaugurado el 12 de diciembre de 2009 en Santa Cruz de la Zarza, cerca de Toledo, en presencia del Embajador de Rusia en España, Alexander Kuznetsov, y las autoridades del municipio.
El monumento representa en sí una piedra de granito que lleva la siguiente inscripción en español y ruso: "En memoria a los pilotos militares soviéticos que cayeron en España durante la Guerra Civil de 1936-1939 y fueron enterrados en este cementerio".
El alcalde de Santa Cruz de la Zarza, Ramón Múñoz Sánchez, al inaugurar el monumento dijo que los habitantes de la ciudad quieren rendir tributo con este acto a los pilotos soviéticos que cumplieron honradamente su deber y dieron sus vidas por unos ideales.
El alcalde señaló que los habitantes de Santa Cruz de la Zarza conservan el más grato y cálido recuerdo de los pilotos soviéticos que fueron un dechado de cómo deben ser los soldados de verdad.
El historiador Carlos Lázaro dedicó más de cinco años para estudiar los documentos que ayudaron a esclarecer el destino de algunos de los pilotos soviéticos que combatieron en España, gracias a lo cual pudo identificar a cuatro de ellos.
Según el historiador Ricardo Miralles, comisario de la exposición "Los rusos en la guerra de España" abierta en septiembre de 2009 en Madrid, de la parte de los republicanos españoles combatieron 772 pilotos, de los que perecieron 99.
CEMENTERIO MUNICIPAL DE FUENCARRAL
Hasta la fecha el monumento más conocido a los combatientes soviéticos caídos durante la Guerra Civil en España ha sido el que se encuentra en el cementerio de Fuencarral de Madrid. Lo inauguraron solemnemente el Embajador de la URSS, Serguei Romanovski, y el Alcalde de Madrid, Juan Barranco, el 9 de mayo de 1989.
El monumento es obra del escultor V.Rukavishnikov y arquitecto M.Voskresenski.
Representa una alegoría de medio arco de triunfo, porque aquella contienda no concluyó con la victoria sobre el fascismo que llegó tan solo en 1945 después de la Segunda Guerra Mundial. El arco está erigido sobre el mapa de España en cuya tierra entran las filas de los voluntarios. Una figura femenina que simboliza la Madre-patria inconsolable les contempla a cierta distancia en esta marcha sin retorno.
El monumento constituye una tumba simbólica ya que después de la derrota de la República no se conservaron en los años del franquismo ni las tumbas reales de los voluntarios y consejeros militares soviéticos del Ejército republicano, ni datos concretos sobre sus sepulturas. Los esfuerzos emprendidos en los años 70-80 por la Embajada de la URSS en Madrid, autoridades de la URSS junto con las autoridades españolas de diferentes niveles no aportaron datos fidedignos al respecto.
Sobre la pared lateral del monumento están grabados 182 nombres de los voluntarios caídos, pero la lista es incompleta. Por otro lado, datos posteriores a la creación del monumento sugieren que algunos pocos de los que figuran en la lista no han perdido la vida en España y han podido regresar a la URSS.
El número total de los voluntarios soviéticos en la Guerra Civil española se estima en más de tres mil.
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