El día del congreso en el que vence el adversario ‘reformista’ Incola Vendola -Gobernador de la región de Apulia, ex parlamentario y líder de una importante corriente en el interior del partido llamada a propósito ‘vendoliana’ que apoya el diálogo con el Partido Democrático y que por ello es más moderada- por solo dos votos, se demostró que se puede aún vencer teniendo el puño en alto y entonando la Internacional. Fue el día en el que los dirigentes del mayor partido comunista italiano votaron no a la refundación pero sí a la restauración de la izquierda.
El odio por Berlusconi como nexo de unión
Sin embargo, hay otros síntomas evidentes en los estratos intermedios y en otros grupos: la lucha interna que divide y complica la izquierda italiana entre corrientes y sub-corrientes, pensamientos de pensamientos, posiciones de posiciones de partidos que todos unidos ni siquiera alcanzan el 3% de consenso. Se mantienen unidos -aunque no bien- gracias al odio 'antiberlusconiano'. Se encuentran, casi siempre, en manifestaciones como la del 11 de octubre contra las políticas del Gobierno en protesta a la reforma educativa anunciada por el ministro Gelmini, la financiación y la cruzada contra los funcionarios del ministro Bunetta. Uno al lado del otro para intentar, sobre el terreno, la mejor de las alianzas posibles. Y pensar cómo dividirse para después unirse bajo un único símbolo para conservar los representantes en las instituciones.
No se ha dicho que lo consiga, sobre todo, considerando lo que le sucedió a ‘la Izquierda de Arcobaleno’ -el proyecto de coexistencia de la izquierda llamada radical de Rifondazione Comunista, Los Verdes, Comunista Italiani y Sinistra democratica- durante las elecciones políticas del pasado abril, donde los comunistas y los verdes perdieros sus asientos en el Parlamento. “El partido se pone en una fuerte dificultad, preso del descontento de los militantes y bajo el ataque por parte del populismo radical de Di Pietro (ex magistrado fundador de un partido político) y Beppe Grillo. Las elecciones europeas, a las cuales la Rifondazione ve como una ocasión para relanzarse, podrían por el contrario transformarse en un nuevo momento de crisis si se llevase a cabo el proyecto del gobierno de situar en el 5% de votos el umbral para tener un representante en Estrasburgo, por debajo de los resultados de estos partidos”, opina Federico Geremicca del diario La Stampa.
Una crisis no solo italiana
“Sobre el PRC (y en parte sobre el Partito Democratico) cabe destacar cómo la crisis de la izquierda italiana es del todo coherente con todo lo que está sucediendo en toda Europa donde (desde los laboristas ingleses hasta los socialdemócratas escandinavos, y socialistas franceses y españoles) las fuerzas reformistas están en crisis de consensos y de proyectos. No por casualidad muchos han seguido las elecciones norteamericanas y la victoria de Obama, entendida ésta como la ocasión para invertir la tendencia y abrir un nuevo ciclo político”.
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